Este análisis, también conocido como Análisis del Ciclo de Vida (ACV), es una herramienta que permite identificar y evaluar los impactos ambientales de nuestro producto o servicio desde la concepción de la materia prima hasta su disposición final, incluyendo los residuos y emisiones generados.
En un artículo pasado, mencionamos las normas ISO 14044:2016 e ISO 14040:2016. Aunque no son certificables, establecen los requisitos y una guía para la evaluación del ciclo de vida.
De acuerdo con este marco teórico, el Análisis del Ciclo de Vida consta de 4 fases:
Definición del objetivo y el alcance:
Definición de límites del análisis, método de comunicación, definición del producto o servicio, proceso o prestación del servicio, identificación del uso, etc.
Inventario del ciclo de vida (ICV):
Recopilación de las entradas y salidas, así como el flujo que siguen, resultantes, energía utilizada, emisiones, descargas, residuos, subproductos, etc.
Evaluación del impacto del ciclo de vida (EICV):
Selección de categorías de impacto, clasificación de los impactos, medición de los impactos.
Interpretación del ciclo de vida:
Identificación, cuantificación, comprobación y evaluación de los resultados del ICV y el EICV. Esta interpretación permite identificar oportunidades y realizar mejoras que resulten en una reducción de los impactos.
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*Publicado originalmente el 14/05/2020